martes, 6 de marzo de 2012

Entrevista a Guillermo Ferreyros, gerente general de Maple Energy - Proyecto Etanol


Entrevista a Guillermo Ferreyros, gerente general de Maple Etanol

“Nuestra política siempre fue tratar de minimizar riesgos”


Luego de más de tres años de iniciado el proyecto para producir energía a partir de la caña de azúcar en el valle del Chira, Ferreyros nos cuenta cómo están trabajando y qué les depara el futuro.

Las trece mil hectáreas del desierto norteño que siempre se soñó con ver convertidas en tierras fértiles y productivas hoy, gracias a un riego por goteo que trae el agua del Reservorio de Poechos, ya son parte de Maple Etanol y la mitad de las mismas ya están produciendo caña de azúcar. Sin embargo, no todo es felicidad y al final del camino pasan por algunos sinsabores.

El desierto ya no es más un desierto...

Claro que no, porque estamos usando de manera eficiente el agua que nos brinda el Reservorio de Poechos. Tenemos el sistema de riego por goteo más grande del Perú. Antes, esta zona no era adecuadamente explotada, porque tenías que trasladar el agua por casi 80 km sobre el nivel del rio Chira. En Maple lo podemos hacer porque yo mismo genero la energía eléctrica que necesito para traer el agua. De otra manera seria imposible.

¿Y no han pensado ampliar su producción e irrigar otros desiertos? ¿Se podría expandir este proyecto a

otras zonas?

Bueno, se podría intentar en otros valles, pero no en el Valle del Chira, porque esta colmado, a menos que se mejore el Reservorio de Poechos. La cuenca está agotada para cultivos permanentes y eso no nos permite seguir creciendo aquí, al menos por ahora. Eso a pesar de que hay mucha agua que se desperdicia. Es una pena.

Alguien me dijo alguna vez que con el agua actual se podría sembrar un millón de hectáreas si estuviera bien aprovechada...

El problema es dónde y cómo la almacenas y distribuyes. Tierras hay, pero se necesitan hacer muchos esfuerzos para tratar mejor el agua. No es imposible. Sería importante que las autoridades, al menos hasta que se optimiza el reservorio, vean la posibilidad de desarrollar proyectos agrícolas temporales, los cuales no se están dando.

En la zona donde operan, ¿han encontrado poblaciones dispuestas a esos cultivos temporales?

Si. Pero también hay muchos otros que no son agricultores, son hijos o nietos de agricultores, pero ellos mismos no lo son. Tienen otros intereses y preocupaciones. Hemos identificado esas inquietudes y por eso organizamos un concurso para que ellos desarrollen ideas de negocios en alianza con algunas ONG locales. Al ganador, el más creativo, se le enseña a sacar ese negocio adelante y se le da un capital inicial.

¿Considera que tienen buenas relaciones con las comunidades de la zona? ¿Ha sido complicado instalarse a trabajar en el lugar?

Nosotros trabajamos con 19 centros poblados y la relación social y ambiental con ellos es vital. Nos interesa respetar a las comunidades del lugar, que en su mayoría trabajan con nosotros. Ahora en la etapa de construcción hemos ganado arriba de tres mil puestos de trabajo (desde el 2008) y en diciembre éramos casi 1.700 personas, de las cuales el 75% pertenece a la zona.

¿Y no hubo problemas o fricciones?

Para nosotros es vital lograr una armonía con el pueblo y generar bienestar para trabajar internamente. Si llega una empresa importante a la zona, no queremos que quienes trabajan en ella se vuelvan arrogantes en su propio medio. Yo hablo mucho con mis trabajadores y les pido que mantengan la humildad siempre. Siempre hay que tratar de ayudar al resto. Esa es nuestra política. Nosotros nos regimos por los estándares del Banco Mundial. Tenemos auditorías sociales y ambientales cada seis meses. Monitoreamos los peces, la flora y fauna de zonas aledañas, mantenemos el bosque y generamos proyectos para ayudar a los poblados de la zona más desértica.

Sin embargo, se supo recientemente de problemas en torno a la planta de almacenamiento y embarque del etanol a los barcos. ¿No es una pena que los inconvenientes surjan al final del proyecto, luego de ser tan cuidadosos en otros detalles?

Cuando el embarque de etanol empiece a operar la gente del balneario cercano (Colán) vera que no se está alterando para nada el funcionamiento de su playa.

Parte del problema es que el embarque de etanol estará muy cerca a la playa. ¿Por qué eligieron este lugar?

Ese era el lugar perfecto en la bahía de Paita. Es una zona industrial. La otra opción era irnos un poco más cerca del puerto, pero no queríamos eso. Queríamos evitar que el alcohol entrara a la ciudad. Nuestra política ha sido siempre tratar de minimizar riesgos. Es mucho mejor tener el combustible lejos del movimiento urbano.

Pero se olvidaron de la pequeña comunidad de 400 casas de playa...

Lo importante es aclarar el tema: no va a haber ningún impacto. Hay gente que distorsiona la verdad.

¿Y cuál es la verdad?

No incomodaremos en la playa. Si tenemos los estudios de impacto ambiental.

El citado estudio dice que no hay población a 5 km, sin embargo, en realidad la playa acaba a 1,5 km de ustedes...

El riesgo es si me voy al medio de Paita, rodeado de todos esos poblados, no en donde estamos. Nosotros somos super estrictos. Cumplimos con todas las normas existentes. Esta en nuestro ADN.



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