La desaceleración de la economía china se va consolidando como preocupación
principal en los mercados y se une a un cóctel en el que la crisis de la deuda
europea, cuya resolución definitiva aún está lejos, y la subida de los precios
del petróleo son los principales ingredientes. Todo ello sobre la base de una
vulnerable recuperación economía de la Eurozona, que a finales de este trimestre
certificará su nueva entrada en recesión.
Así parecen adelantarlo los indicadores provisionales PMI (realizados por
Markits Economics a partir de una encuesta a gestores de compras) de la zona
euro para marzo. El índice compuesto de la actividad total se situó en 48,7
puntos (49,3 en febrero), su lectura más baja en tres meses, que refleja una
nueva contracción de la actividad, al quedar por debajo de la frontera de los 50
puntos (superar ese nivel indica una expansión de la actividad), y supone el
sexto declive en los siete últimos meses. Según el informe de Markits Economics,
la actividad total cayó durante el primer trimestre de de 2012, aunque menos que
en los tres últimos meses del año pasado, lo que sugiere "que la zona euro ha
vuelto a caer en una recesión técnica".
Los mercados reaccionaron negativamente a los datos, sobre todo porque
reflejan una inesperada ralentización del crecimiento en Alemania ("apenas un
incremento marginal"), el más bajo en los tres últimos meses, mientras en
Francia la actividad total cayó ligeramente por primera vez en cuatro meses. En
el resto del área, el retroceso fue intenso. Según Markit Economics, los datos
apuntan a que el PIB de la Eurozona podría caer un 0,1% este trimestre, tras un
descenso del 0,3% en los tres últimos meses de 2011.
Fráncfort caía un 1,55% a media sesión, París un 1,61% y Milán un 1,72%. La
Bolsa de Londres contenía las caídas, a pesar de que hoy la Oficina Nacional de
Estadísticas ha anunciado que las ventas minoristas cayeron un 0,8% en febrero
respecto al mes anterior, más de lo previsto. El FTSE 100 cedía un 0,82%.
En la Bolsa española, el Ibex 35 se dejaba un 1,6%, arrastrado de nuevo por
los valores bancarios, el sector con más peso en el indicador. La reforma
financiera, aún lejos de haber sido completada, sigue causando recelo entre los
inversores.
La jornada ya comenzó con malas noticias procedentes de China, la segunda
economía del mundo, que también se contrae en marzo por quinto mes consecutivo.
La primera lectura del indicador PMI que elaboran HSBC y Markit Economics lo
sitúa en 48,1 puntos, su menor nivel desde noviembre, frente a los 49,6 puntos
de febrero. Por encima de 50 puntos, este índice refleja una expansión de la
actividad, por debajo, una contracción. La ralentización del crecimiento en
China hace prever medidas de relajación monetaria que, sin embargo, plantean
problemas a las autoridades del país asiático, que también tratan de controla la
inflación en una economía recalentada en ciertos sectores, como el
inmobiliario.
Aunque la debilidad de China pesa más sobre los mercados, no todas las
noticias procedentes de Asia han sido desalentadoras. También se ha sabido hoy
que Japón logró cerrar su balanza comercial con un superávit de 32.900 millones
de yenes, el primer saldo positivo en cinco meses, cuando se esperaba un déficit
de 120.000 millones de yenes.
En los mercados de deuda pública siguen pesando las dudas sobre la capacidad
de España para poner en orden sus cuentas públicas y ello se ha reflejado en una
escalada de la prima de riesgo (diferencial de rentabilidad entre el bono
español a 10 años y su equivalente alemán), que ayer la llevó a cerrar en 342
puntos básicos y que hoy ha llegado a alcanzar 361 puntos, aunque luego cedía
hasta 354. Se coloca así en niveles de hace un mes.
Los precios de los bonos españoles cayeron ayer tras las declaraciones
realizadas a Bloomberg por el economista jefe de Citigroup, Willem Buiter, en
las que aseguró que España está más cerca que nunca de una suspensión de pagos
soberana, que Grecia necesitará un nuevo rescate y que Portugal e Irlanda
necesitarán, muy probablemente, reestructurar su deuda.
La inquietud por la deuda de los mercados periféricos afecta también a
Italia, que en las últimas semanas había logrado llevar su diferencial por
debajo de los 300 puntos, ante la oposición que está encontrando el Gobierno de
Mario Monti para llevar adelante su plan de austeridad. La prima italiana subía
a media sesión hasta 311 puntos, tras haber iniciado la sesión en 301 y alcanzar
un máximo diario de 318.
Los mercados esperan en Estados Unidos un aumento del índice de indicadores
adelantados que elabora el Conference Board y una caída en el número de
solicitudes de subsidios de paro hasta 350.000 en la semana que finalizó el 17
de marzo.
Fuente: El País.
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