
Las tres mayores agencias de calificación crediticia ya habían despojado a Francia de su estatus máximo de "AAA". Sin embargo, S&P fue la primera en rebajarlo por segunda vez, advirtiendo que las reformas económicas del último año no son suficientes para impulsar el crecimiento.
La rebaja en la calificación refleja los temores existentes por las potenciales dificultades que tendrá el Gobierno para introducir una nueva serie de reformas impopulares, en medio de violentas protestas contra las política presupuestarias e índices de aprobación históricamente bajos para Hollande.
La agencia de ratings no ahorró criticas al gobierno socialista . “Los poderes públicos disponen de un margen de maniobra reducido para aumentar sus recetas", dijo Standard &Poor's en su informe.
Hollande destacó que su Gobierno está comprometido a hacer todos los ahorros presupuestarios posibles, pero no a costa de sacrificar el modelo francés de bienestar.
Fuente: Reuters
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