Francia y España vendieron todos los bonos que ofrecieron en sus subastas de
deuda del jueves, aunque para el país ibérico el costo fue elevar los
rendimientos, en una señal de los crecientes temores a que el Gobierno no sea
capaz de contener su déficit.
Tras un breve alivio generado por la inyección de un billón de euros en
dinero barato del Banco Central Europeo (BCE) al sistema financiero en diciembre
y febrero, los mercados se han puesto nerviosos de nuevo por el problema de la
deuda de la zona euro.
Ahora la preocupación es que España pueda seguir a Grecia, Irlanda y Portugal
en pedir un rescate a prestamistas internacionales, lo que ha puesto bajo
presión a los rendimientos de los bonos regionales, particularmente los de
España e Italia.
El Tesoro español dijo que vendió 2.500 millones de euros (3.300 millones de
dólares) en dos subastas de bonos, con lo que ya lleva casi la mitad de la
emisión de bonos prevista para todo el año.
España recibió ofertas por 3,3 veces la oferta para un bono a dos años y de
2,4 veces para uno de 10 años.
Francia colocó 7.970 millones de euros en bonos de mediano y largo plazo y
los inversores pidieron casi tres veces el monto ofrecido, pese al nerviosismo
en el mercado secundario antes de las elecciones presidenciales que, según
sondeos, las ganará el socialista François Hollande en el balotaje del 6 de
mayo.
España, que ha sufrido un salto en los costos de su deuda desde comienzos de
marzo -cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, retiró la meta de
déficit fiscal acordada previamente con sus socios europeos- vendió 1.100
millones de euros en un bono con vencimiento para el 31 de octubre del 2014, a
un rendimiento promedio del 3,463 por ciento.
También probó el apetito del mercado para un bono referencial de más largo
plazo, con vencimiento el 31 de enero del 2022, vendiendo 1.400 millones de
euros a un rendimiento del
5,743 por ciento, más que el 5,403 por ciento de la última subasta primaria
de enero.
El rendimiento del bono de 10 años también subió tras la subasta, lo que
sugiere que los inversores siguen preocupados sobre la sostenibilidad fiscal del
país en el largo plazo.
"Un razonable conjunto de resultados, que irá de alguna manera a despejar los
temores a que la demanda doméstica de bonos españoles se había secado", dijo el
estratega de Rabobank Richard McGuire.
El rendimiento de los bonos españoles a 10 años subió brevemente por sobre el
6 por ciento en el mercado secundario el lunes por primera vez desde fines de
noviembre, provocando preocupaciones de que pronto sea imposible para el
Gobierno refinanciarse en forma sostenible.
Francia licitó por primera vez una nota de mediano plazo, conocido como BTAN,
con un cupón del 0,75 por ciento y vencimiento en septiembre del 2014, en un
rendimiento del 0,85 por ciento.
La rentabilidad para su bono OAT de largo plazo con cupón del 3,50 por ciento
y vencimiento en abril del 2015, fue del 1,06 por ciento. No hay rendimientos
comparables para ese bono.
Su bono BTAN con cupón del 1,75 por ciento y vencimiento en febrero del 2017
se colocó en un rendimiento promedio del 1,83 por ciento, levemente por encima
del 1,78 por ciento que alcanzó en su última subasta del 15 de marzo.
"Salió sin problemas, demanda decente, ellos han alcanzado su meta", dijo el
estratega de RIA Capital Markets Nick Stamenkovic en Edimburgo.
"Hemos visto un poco de concesión en las últimas semanas dado que los
inversionistas le temen a un cambio político con Hollande a la cabeza",
agregó.
Francia perdió su estatus de calificación crediticia "AAA" previamente este
año.
ESPACIO EXTRA
Con la mitad de su meta anual de deuda ya colocada en lo que va del año,
España ahora tiene algo de espacio para emitir bonos a un ritmo más lento si los
costos de endeudamiento siguen altos.
Los bancos españoles, que tienen prácticamente cerrado su acceso a los
mercados mayoristas internacionales de deuda por el temor de los inversores a
sus activos vinculados al sector inmobiliario, han usado grandes porciones de
los préstamos del BCE para comprar papeles locales del Gobierno.
A su vez, los no residentes los han estado evitando. Inversores que viven
fuera de España redujeron sus tenencias de deuda soberana a un 42 por ciento en
febrero, menos que el 50 por ciento de hace sólo dos meses.
En el primer trimestre, España entró en su segunda recesión desde el 2009
tras más de cuatro años de contracción o crecimiento mínimo en medio de un
colapso del mercado inmobiliario.
"El Tesoro puede hacer el esfuerzo de sacar el pie del acelerador (...), pero
España sigue bajo presión e involucrada en un circuito de retroalimentación
negativo", comentó Jo Tomkins, estratega de 4Cast.
Fuente: Reuters
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